El ácido hialurónico es una sustancia líquida que se encuentra en nuestro organismo de manera natural, formando parte del colágeno que se produce dentro de nuestro cuerpo y ayuda a mantener la piel tersa e hidratada.
Por otro lado, la radiofrecuencia es un tratamiento no invasivo que consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas de alta frecuencia sobre la piel que provoca el calentamiento controlado de las diferentes capas de la dermis y tiene como resultado la activación inmediata de las fibras de colágeno, elastina y activa el riego sanguíneo.
¿Qué pasa al combinarlos?
Cuando juntas la radiofrecuencia y el ácido hialurónico, sus efectos se multiplican y el beneficio de juntar ambas técnicas es la rápida mejora de los signos de la edad en la piel: disimula líneas de expresión, favorece la reabsorción de líquidos retenidos, elimina toxinas y proporciona una mayor producción de colágeno y elastina para aumentar la firmeza y dejar tu piel más tersa.
Aunque la aplicación de radiofrecuencia de forma independiente ya tiene grandes beneficios estéticos, este tipo de tratamientos potencia e intensifica los resultados de otros tratamientos como, en este caso, el ácido hialurónico.
Es importante que antes de empezar el tratamiento de estos dos elementos combinados se consulte siempre a un profesional que pueda valorar tu caso y determine cuáles son las sesiones y aplicaciones de producto necesarias para evitar la huella estética negativa. Con el fin de sacarle el máximo partido a ambos tratamientos, también deben mantenerse los cuidados y respetar los tiempos, porque aquí el orden sí altera el producto. En nuestra consulta, tras una sesión de ácido hialurónico, aconsejamos que pasen entre 4 o 5 semanas para retomar la radiofrecuencia.
Si crees que es el momento de aplicarte este tratamiento o quieres tener más información de las distintas utilidades y beneficios, el equipo de consulta del Dr. Escariz estará encantado de recibirte y recomendarte el tratamiento más adecuado para tu piel y tus necesidades.