Siempre pensamos que la medicina estética se debe utilizar cuando queremos solventar o mejorar algo de nuestro aspecto físico que nos incomoda y no nos deja sentirnos bien. Pero esto no es solo así, los tratamientos estéticos también se pueden realizar de forma preventiva, antes de que aparezca el problema.
Debemos conocer cuándo empezar con los tratamientos preventivos para conseguir sacarle el máximo partido y resultados para nuestra piel.
Las recomendaciones de los expertos sitúan la edad a partir de los 25 años, en los casos de signos de envejecimiento más prematuros, hasta los 30; siendo aplicable en ambos sexos. De esta forma, se consigue que estos primeros signos de la edad no se intensifiquen ni sean muy visibles.
Los procedimientos preventivos van dirigidos al rostro y al mantenimiento de la piel de la cara, ya que es el elemento central y actúa como carta de presentación. Por ello, los tratamientos estéticos preventivos más demandados son el ácido hialurónico y el botox, centrados en la corrección de arrugas.
Las inyecciones de ácido hialurónico es un procedimiento que tiene un efecto revitalizante y regenerador, proporcionando así las vitaminas y los principios activos que la piel pierde con el paso de los años. Además, este compuesto favorece la retención del agua en la zona localizada lo que previene la piel seca típica de la edad, manteniéndola hidratada y con aspecto luminoso.
En cuanto al botox o toxina botulínica es uno de los procedimientos más aplicados para eliminar temporalmente las arrugas de expresión en tercio superior facial. Estas arrugas, normalmente presentes en el contorno de los ojos y la frente, son pliegues que se producen con el debilitamiento de la piel que se produce con la edad. Para tratarlas, se inyecta botox en pequeñas cantidades en distintos puntos del rostro, reduciendo la contracción de la piel al gesticular.
Como ya os hemos comentado en otras ocasiones, con el tiempo, la piel se debilita y no puede recuperarse eficazmente de los pliegues causados por la risa, la sonrisa, el arrugar la frente y todos los demás movimientos que hace la cara de manera regular. Por esta razón, es recomendable utilizar neuromoduladores como el Botox para relajar los músculos faciales y evitar que aparezcan arrugas. Eso no significa que inactivemos totalmente el músculo, sólo de forma parcial, para seguir teniendo un aspecto natural.
El mejor momento para empezar a utilizar esta técnica es cuando comienza a desarrollarse los primeros signos de la edad estando en reposo, como líneas alrededor de los ojos, en la frente, patas de gallo y arrugas alrededor de la nariz.
Con el paso de los años, las líneas de expresión se vuelven cada vez más profundas, por lo que, si se empieza a utilizar temprano, en el futuro no será necesario usarlo regularmente.
Por supuesto que estos dos tratamientos son médicos y debes realizarlos en consulta; pero, mientras llega ese momento, la hidratación y la protección solar serán tu mejor aliado.
Si crees que es el momento de aplicarte alguno de estos tratamientos o quieres conocer más funciones, puedes agendar una cita en la clínica del Dr. Escariz, donde el doctor te informará y recomendará cuál es el más adecuado para tu piel.