Las cicatrices son una de las preocupaciones más habituales en los pacientes que se someten a una intervención quirúrgica y también de cirugía plástica.
Nuestro equipo trabaja para que las cicatrices sean lo menos visibles posible, utilizando las mejores habilidades y la última tecnología para que la intervención deje la menor huella posible en la piel del paciente. Escogemos cuidadosamente el sitio donde produzcan la mejor cicatrización aprovechando pliegues de la piel donde sean menos evidentes o queden disimuladas.
Durante la fase inicial o productiva, podemos actuar sobre la cicatriz con diferentes métodos como la radiofrecuencia INDIBA, que ayuda mejorar la desinflamación y la elasticidad de la piel así como infiltraciones o administración tópica de medicamentos.
Sin embargo, el resultado estético de la cicatriz después de una intervención quirúrgica es un proceso individual que depende de numerosos factores que afectan a la calidad cicatricial de cada paciente y por tanto puede variar entre una persona y otra (en función de la edad, tipo de piel, enfermedades cardiovasculares, tabaquismo, historial genético…).
Por este motivo, ponemos a disposición de nuestros pacientes UrgoTouch®, una nueva tecnología que mejora la cicatriz desde el principio, en un procedimiento único en quirófano.
¿Cómo funciona?
Se trata de un sistema láser que actúa reduciendo la inflamación asociada al proceso de cicatrización, mejorando la organización de la síntesis de colágeno justo después de suturar, cuando empieza el proceso cicatricial. Lo aplicamos justo después de la cirugía, cuando el paciente aún está bajo anestesia.
El funcionamiento del láser está totalmente automatizado y, con un sistema de seguridad, se controla la temperatura alcanzada.
El tratamiento necesita solamente una sesión y lo aplicamos directamente en quirófano, justo en el momento que se comienza a cerrar las incisiones.
Es un tratamiento completamente indoloro y su eficacia sido clínicamente demostrada.
También en cicatrices antiguas
Está indicado tanto para el tratamiento de nuevas cicatrices quirúrgicas como para mejorar cicatrices antiguas de otras intervenciones no estéticas (tras cirugía traumatológica, apendicitis, cicatrices queloideas, cesáreas, etc.) en todos los tipos de piel (fototipos I a VI) con el fin de mejorar el resultado de la cicatrización actuando desde el inicio de la misma.