El sol, el frío, cambios de peso, hábitos en la alimentación, la edad, tabaco….nuestra piel es el espejo de todo lo que ocurre en nuestro interior. Está sometida a agresiones externas constantes. Con el paso de los años, la reparación celular es más lenta y la formación de colágeno también. Por eso, debemos ayudar a nuestra piel para que pueda lucir un aspecto radiante y fresco, a pesar del stress diario a la que la sometemos. Rejuvenece tu rostro: desde unas vitaminas faciales, aconsejadas desde edades tempranas, relleno de arrugas, surcos, aumento de volumen.