En cualquier intervención quirúrgica, uno de los temas que a menudo genera dudas entre los pacientes es el seroma. Se trata de una complicación relativamente común tras ciertos procedimientos quirúrgicos, y en este artículo te explicamos qué es, por qué ocurre y cómo se puede tratar. Como siempre, es importante contar con la orientación de un profesional con experiencia, como el Dr. Escariz, cirujano plástico en Madrid, para resolver cualquier inquietud que puedas tener sobre este tema.
¿Qué es el seroma?
El seroma es la acumulación de líquido seroso, es decir, un fluido transparente o amarillo claro, en el tejido subcutáneo después de una intervención quirúrgica. Este líquido puede formarse en espacios vacíos creados durante la cirugía, especialmente en procedimientos donde se crean espacios entre tejidos o se realiza una remodelación corporal, como la abdominoplastia o la liposucción.
Aunque el seroma no suele ser peligroso, puede causar molestias y prolongar el proceso de recuperación. Además, en algunos casos, puede incrementar el riesgo de infecciones u otras complicaciones.
¿Cómo se produce el seroma?
El cuerpo humano tiene una capacidad natural de respuesta frente a la cirugía. Cuando se manipulan tejidos durante una operación, el organismo reacciona produciendo fluido en la zona intervenida como parte del proceso inflamatorio. Este mecanismo, aunque normal, puede dar lugar a un seroma si el líquido no se reabsorbe correctamente o si la producción es mayor que la reabsorción.
Algunos factores de riesgo asociados al desarrollo de un seroma incluyen:
- Procedimientos quirúrgicos extensos o de larga duración.
- Pacientes con sobrepeso u obesidad.
- Falta de adherencia a las recomendaciones postoperatorias.
- Movimiento excesivo de la zona intervenida durante la recuperación.
Síntomas de un seroma
Los seromas suelen ser fáciles de identificar debido a sus características. Los principales síntomas incluyen:
- Hinchazón o abultamiento en la zona operada.
- Sensación de líquido al tacto, similar a una bolsa de agua.
- Dolor leve o molestias en el área.
- Enrojecimiento leve o sensibilidad aumentada alrededor del seroma.
Es importante destacar que, si el seroma se infecta, los síntomas pueden agravarse, incluyendo fiebre, enrojecimiento intenso o dolor severo. En estos casos, debes buscar atención médica inmediata.
¿Cómo se trata el seroma?
El tratamiento del seroma dependerá de su tamaño y de los síntomas que provoque. En muchos casos, los seromas pequeños se reabsorben de manera espontánea con el tiempo y no requieren intervención adicional. Sin embargo, en otros casos, es posible que se necesiten tratamientos específicos, como:
- Drenaje manual: Si el seroma es grande o causa molestias, el cirujano puede optar por drenarlo mediante una punción con aguja. Este procedimiento es rápido y se realiza en consulta, con un riesgo mínimo de complicaciones.
- Uso de drenajes quirúrgicos: En algunos procedimientos, se colocan drenajes durante la cirugía para evitar la acumulación de líquidos. Estos dispositivos ayudan a reducir la probabilidad de formación de seromas grandes.
- Compresión: El uso de prendas de compresión, como fajas postquirúrgicas, puede ayudar a prevenir la acumulación de líquido al mantener una presión uniforme en la zona tratada. Puedes obtener más información sobre las recomendaciones postoperatorias en la sección de cuidados postquirúrgicos del Dr. Escariz.
- Revisión quirúrgica: En casos muy raros, si el seroma persiste o causa complicaciones significativas, puede ser necesaria una revisión quirúrgica para abordar el problema de manera definitiva.
Prevención del seroma
Aunque no siempre es posible evitar la formación de un seroma, existen medidas que pueden reducir el riesgo:
- Seguir las instrucciones postoperatorias al pie de la letra. Aquí te dejamos el link a un vídeo en el que el doctor Escariz nos da las pautas necesarias a tener en cuenta a la hora de realizar correctamente un postoperatorio.
- Evitar esfuerzos físicos intensos durante las primeras semanas de recuperación.
- Usar prendas de compresión según las indicaciones del cirujano.
- Asistir a todas las citas de seguimiento para monitorear el progreso de la recuperación.
En opinión del Dr. Escariz es fundamental mantener una comunicación abierta entre el paciente y el equipo médico, ya que es clave para prevenir y manejar cualquier complicación tras una cirugía. Si necesitas más información no dudes en contactar con nosotros.