Muchas veces se escucha decir en la consulta “yo no quiero una nariz perfecta”. En realidad, están haciendo alusión a que no quieren una nariz con estigmas de rinoplastía. Vemos cotidianamente en la calle, en el colectivo, en el trabajo, personas con la nariz operada, que se nota que han pasado por una cirugía (“surgical look”). Esto es evidente, generalmente, cuando la nariz está muy rotada hacia arriba, o tiene colapso alar, cartílagos visibles, u otros estigmas quirúrgicos. Este tipo de nariz no es “perfecta”. Todo lo contrario: tiene muchas imperfecciones.

Concepto de Nariz armónica

Nosotros preferimos intercambiar los términos “nariz perfecta” por “nariz armónica”. El concepto “nariz armónica” nos hace pensar más en una nariz natural sin signos de cirugía y que guarda relación en sí misma y con su cara. Para nosotros una “nariz perfecta” es justamente aquella que no evidencia signos de cirugía, tiene sus proporciones naturales y no pretende llamar la atención.

La perfección, entendida como una precisión exacta, no existe en la estética nasal. En todos los casos, inclusive en las personas más bonitas o en las narices más lindas, podremos encontrar pequeñas asimetrías o mediciones que no se ajustan con precisión exacta a las pretensiones más “perfectas”. Esta marca de “imperfección” es tan natural como humana y es parte de nuestra belleza como seres humanos.

Armonía nasal según el paciente

Normalmente somos ciertamente flexibles para entender y aceptar esta pequeña variabilidad interpersonal y esta falta de “precisión perfecta”.  Cuando la mirada de uno hacia sí mismo es muy obsesiva o fijada en las imperfecciones o cuando no contamos con la habilidad para aceptarnos con estas imperfecciones de precisión, se produce una angustia importante que puede ser motivo de infelicidad, antes y después de la cirugía. Los cirujanos de la nariz debemos guiar al paciente en el entendimiento de estos conceptos. La cirugía de nariz es incapaz de otorgar parámetros de perfección exactas. En cambio, la cirugía de la nariz, busca encontrar la armonía nasal.

Para encontrar la armonía nasal debemos modificar aquellos parámetros que están fuera de rango estético, ya sea en la punta, el dorso, la raíz o la base alar. Los parámetros de altura, longitud y proyección deben guardar relación entre sí para que la nariz sea universalmente bonita. Además debe haber relación entre estas medidas y las otras medidas de la cara: distancia entre los ojos, altura del mentón, etc. En otras palabras: la nariz debe guardar relación armónica en sí misma y con la cara.

Concepto de armonía nasal

Los parámetros de medición de armonía de la nariz fueron estudiados durante siglos. Leonardo Da Vinci, en el “Hombre de Vituvio” intenta buscar la proporcionalidad del cuerpo humano que dan un canon o ideal de belleza. Según el propio Vitruvio, la belleza puede ser real y objetiva. Extrapolado a la nariz, las medidas que guardan ciertas proporciones entre sí, son entendidas como estéticamente armónicas. Por ejemplo: la proyección de la nariz tienen que guardar relación con su longitud y su altura.

La proyección se confunde muchas veces con la longitud, pero son parámetros completamente diferentes. Muchos pacientes concurren al consultorio diciendo que tienen la nariz larga, pero lo que en realidad tienen es la nariz muy proyectada. La proyección hace referencia a “cuanto de la nariz se aleja de la cara”. En cambio la longitud es la medida desde la raíz nasal hasta su punta, es decir en sentido vertical.

Pinocho y el Cyrano de Bergerac son dos claros ejemplos de nariz muy proyectada pero de corta longitud. Es decir que la nariz de pinocho no en principalmente larga sino proyectada.

La relación proyección-longitud armónica es 0,67. Es decir que la proyección es dos terceras partes la longitud (67%), según Byrd. Hay muchas otras formas de medir la proyección para que sea armónica con el resto de los parámetros de la nariz. Goode, determina un índice de relación con la altura nasal de 0,55. Otras formas son comparar en la vista de perfil cuanto de la nariz está libre de la cara y cuanta parte está en la cara, su proporción es 60% a favor de la primera.

Cuando la longitud nasal no es adecuada, perdemos un parámetro fundamental para determinar cuál será la mejor proyección. En estos casos, tendremos que buscar en primer lugar cual es la longitud ideal de esa nariz.  La longitud nasal ideal más aceptada es igual a la distancia desde la unión de los labios hasta el mentón. Esto ocurre siempre y cuando el mentón no tenga una alteración estética tendremos que buscar parámetros en la cara que nos den una idea de cuál sería la “longitud ideal”.

Nuestra conclusión

Con estos y muchos otros parámetros, vamos buscando cual será la nariz más natural o armónica en la cara del paciente. La variabilidad de caras que existe nos da una clara idea de que la nariz ideal y armónica será diferente entre paciente y paciente, pero con una relación intrínseca similar.

 

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